Los buñuelos son un clásico en muchas casas durante la Semana Santa, aunque también se disfrutan en Navidad o en el Día de Todos los Santos. Crujientes por fuera, esponjosos por dentro y, si los rellenas con crema pastelera, ¡una auténtica delicia!

Ingredientes

Para los buñuelos:

  • 250 ml de agua
  • 100 ml de mantequilla
  • 25 g de azúcar
  • 1 cucharda de licor de anís
  • Una pizca de canela en polvo
  • 150 g de harina de repostería (tamizada)
  • 4 huevos
  • Una pizca de sal
  • Aceite de oliva suave (para freír)
  • Azúcar glas (para espolvorear)
  • Para el relleno (opcional):
  • Para el relleno Crema pastelera (mejor casera)

Elaboración

Preparar la masa

En un cazo, pon al fuego el agua, la mantequilla, chorrito de licor de anís, una pizca de canela en polvo (opcional) el azúcar y la pizca de sal.
Cuando la mantequilla se haya derretido y la mezcla comience a hervir, retira el cazo del fuego.
Añade toda la harina tamizada de golpe y mezcla rápidamente hasta que esté bien integrada.
Vuelve a poner el cazo al fuego lento y trabaja la masa con una cuchara de madera unos minutos, hasta que se forme una bola que se despegue de las paredes del cazo.
Retira del fuego y añade los huevos uno a uno, mezclando bien cada vez hasta obtener una masa homogénea y algo densa.

Freír los buñuelos

Calienta abundante aceite de oliva suave en una sartén honda o un cazo. El aceite no debe estar demasiado caliente, para que los buñuelos se cocinen por dentro sin quemarse por fuera.
Con ayuda de una cuchara sopera o una manga pastelera, ve incorporando porciones de masa al aceite.
Fríe los buñuelos dándoles la vuelta con frecuencia para que se doren de forma uniforme.
Una vez listos, retíralos del aceite y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.

Opciones para servir

Versión sencilla: espolvorea los buñuelos con azúcar glas y sírvelos directamente.

Versión rellena:
Haz una pequeña abertura en cada buñuelo (con unas tijeras o la punta de un cuchillo).
Rellena con crema pastelera utilizando una manga pastelera con boquilla fina.
Espolvorea con azúcar glas antes de presentarlos en una bandeja.

La clave para que queden huecos por dentro es freírlos a fuego medio-bajo.

Puedes aromatizar la masa con un poco de ralladura de limón o unas gotas de esencia de vainilla si lo deseas.